La piel se compone de dos capas: la epidermis, que es la capa superior, se renueva así misma constantemente al generar células nuevas que surgen de los niveles inferiores, para así desplazar a las células más viejas que se encuentran en la superficie. Inmediatamente por debajo de la epidermis, yace la dermis. Esta capa está compuesta fundamentalmente de una proteína llamada colágeno, una intrincada red de fibras entretejidas que actúan como un “sostén” para el crecimiento tisular, dándole así forma a la piel. La dermis contiene vasos sanguíneos, nervios y glándulas especiales que lubrican la piel. También contiene folículos pilosos que juegan un papel en el desarrollo del acné.
El folículo es la vía por la cual diversas sustancias pasan a la superficie de la piel. Por ejemplo, las células viejas que recubren al folículo pasan a través de esta vía a medida que son reemplazadas por células nuevas.
Asimismo, una sustancia aceitosa (sebo), que sirve para lubricar la piel, se dirige hacia la superficie a lo largo del folículo a partir de su origen en la glándula sebácea.
Algunas veces, sin embargo, y a pesar de nuestros esfuerzos, aparecen condiciones que obstaculizan el transito de sustancias a través del folículo. El resultado de esto puede ser el acné.
Entendiendo el acné
El acné comienza cuando las células muertas y las sustancias grasas no fluyen normalmente a través del folículo. Por el contrario, las células comienzan a adherirse, atrapando el sebo e impidiendo que se escape hacia la superficie. Cuando en esta masa comienzan a crecer bacterias, surgen las condiciones en las que se desenvuelve el acné.
A medida que los materiales se acumulan, presionan contra la pared del folículo y lo hinchan hasta convertirlo en una pequeña bola. Si es lo suficientemente grande, se puede ver en la superficie cutánea como una elevación de color carnosa llamada “comedón cerrado”.
Algunas, veces la pared del folículo se rompe y las células muertas, las bacterias y la sustancia oleosa se derraman e irritan la piel circundante, lo que da lugar a un grano o quiste. Otras veces, los materiales acumulados pueden estirar la apertura del folículo ” el poro” y la parte superior de las células pueden verse en la superficie cutánea. Esto se conoce como punto negro o comedón abierto. El color oscuro no es debido a suciedad sino a sustancias naturales que normalmente están presentes en la piel. Algunas veces el acné es muy ligero y sólo puede verse unas pequeñas erupciones. Pero en otras ocasiones puede haber numerosas y más severas lesiones que afecten a la cara, al pecho y a la espalda.
Las causas del acné
Las causas exactas del acné no se conocen, pero se sabe que hay muchos factores que pueden jugar un papel en su desarrollo. Uno de los factores es la hormona testosterona.
Esta es la responsable del desarrollo sexual normal tanto en el hombre como en la mujer, pero también estimula a las glándulas sebáceas de la piel a producir más sustancias aceitosas. Durante la adolescencia existe un fuerte aumento en la producción de testosterona y por lo tanto aumenta la producción de grasa, lo que puede producir al desarrollo del acné. Esta condición, si bien es prevalente en los adolescentes, puede persistir en los años subsiguientes o inclusive, ocurrir por primera vez en las personas adultas.
Otro factor es la herencia .Las posibilidades de adquirir acné aumentan si uno o ambos padres lo tuvieron. Asimismo, cualquier causa que obstruya al folículo ya sea química o mecánica es motivo de que aparezca el acné. Por esta razón es tan importante que se eviten los cosméticos basados en sustancias oleosas y los humidificantes, si la persona es propensa a adquirir acné. Inclusive los golpes pueden atrapar a las sustancias oleosas en la piel. Y ciertas ropas tales como los pullovers de cuello alto, pueden irritar la piel al frotarse contra ella.
Otros factores que algunas veces contribuyen al surgimiento del acné son: la tensión excesiva, la menstruación y ciertas medicinas. Según la opinión de la mayoría de los expertos la dieta no influye en el acné, a pesar de la creencia de que las comidas fritas y los chocolates pueden agravarlo. Por supuesto una dieta balanceada es importante para una buena salud en general.
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